1921 :
La empresa productora norteamericana Paramount pone a consideración
del público nacional un film titulado "La Paz Bolivia",
donde, a juzgar por los comentarios de la prensa
de la época, "nuestra ciudad se presenta como la urbe de
los montes".
Por entonces ya había sido incorporada
definitivamente al circuito mundial de exhibición de películas,
copado mientras tanto por la industria fílmica de los Estados Unidos,
la cual había aprovechado el tiempo de la Primera Guerra Mundial
para desplazar a la industria europea. Hollywood recién venía
surgiendo, pero ya los canales de distribución comenzaban a ser
puestos bajo el control de las productoras norteamericanas. De entonces
data la dependencia cinematográfica de Bolivia, lo mismo que la
de los otros países de América Latina.
1923:
Después de haber trabajado varios años en la Argentina llega
a Bolivia el cineasta de origen italiano Pedro Sambarino, otro de los pilares
fundamentales del cine silente nacional. Poco después de su llegada
Sambarino crea la empresa "S.A. Cinematográfica Boliviana" convertida
luego en "Bolivia Films". Uno de los primeros ensayos locales del realizador
es una "Actualidad de La Paz".
1924:
Sambarino rueda "Por mi Patria" documental de cierta envergadura que obtiene
favorables comentarios de prensa y buena acogida del público. Se
componía en realidad de una serie de cortometrajes ensamblados con
la intención de proporcionar una visión global del país
y sus costumbres. Se trataba además de una producción hecha
con vistas a los festejos del Centenario de la República celebrado
al año siguiente.
1925 :
El 14 de Julio se estrena "Corazón Aymará" considerado el
primer largometraje nacional.
Realizado por Pedro Sambarino adaptaba la
obra teatral de Angel Salas "La Huerta". Sambarino que había instalado
un laboratorio completo de procesado para revelar y copiar películas,
contó con el apoyo de Raúl Ernst como productor del film.
Los actores eran miembros del "Círculo Lírico Dramático"
dirigido por Julio Cesar Ibargüen. La trama de la película
ponía en escena un drama nativo, influenciado sin duda alguna, por
la literatura y el teatro indigenista. Lurpila, la protagonista, se encuentra
atrapada entre la desconfianza de su padre Colke Chuima, el odio de su
madrastra Summa Pankara, los celos de su esposo Khana Aru y el asedio del
mayordomo de la hacienda donde todos habitan. Pero además, no puede
librarse del recuerdo de su amante Kilco. La tragedia estallará
cuando Lurpila sea juzgada por el cacique de la comunidad y condenada a
morir junto al amante.
Para las proyecciones del film, se
contó con piezas del repertorio del maestro Adrián Patiño
especialmente adaptadas. Al parecer, algunas escenas, filmadas en Calacoto,
donde se relataba la sublevación de la comunidad contra el despotismo
del mayordomo, provocaron irritación entre los sectores acomodados
que en ello presentían seguramente una especie de anuncio de las
grandes sublevaciones indígenas ocurridas efectivamente poco después
y ya no en el ámbito ficcional de la pantalla.
Ciertos datos dan lugar a pensar que en ese
mismo año de 1925 se produjo otra película boliviana de largometraje,
cuya presentación en público fue impedida por la intervención
de la censura. ¿El motivo? Esa obra de José María
Velasco Maidana, titulada "La Profecía del Lago" abordaba los amoríos
de un pongo con la esposa del dueño de la hacienda. Semejante transgresión
a las estructuras establecidas, impregnadas de prejuicios raciales y sociales,
no pudo ser digerida por los guardianes de la "moral pública", los
cuales incluso intentaron secuestrar la película para incinerarla.
Fotografías
1926 :
El 9 de septiembre se estrena otro largometraje boliviano. Esta vez se
trataba de una obra del arqueólogo Arturo Posnansky, riguroso investigador
de las culturas precolombinas.
La película titulada "La Gloria
de la Raza" constaba de cuatro actos a lo largo de los cuales un científico,
el propio Posnansky sin duda, va recorriendo las huellas de aquellas culturas,
desde los Urus a Tiahuanacu, guiado por un anciano sabio nativo. Se trataba
claramente de una película de intención pedagógica,
destinada a revelarle al público los conocimientos adquiridos por
Posnansky. En la filmación, para la cual se utilizaron maquetas,
colaboró Luis Castillo.
Todo lo que ha sobrevivido de esta
película es un pequeño folleto editado en ocasión
del estreno, donde se describe de manera pormenorizada el argumento y se
incluyen asimismo algunas borrosas fotografías tomadas durante la
filmación.
1927 :
Durante este año la sociedad boliviana se vio sacudida por un caso
judicial de vastas repercusiones: la condena y fusilamiento de Alfredo
Jáuregui, hijo menor de una familia acusada del asesinato del ex
presidente Gral. Pando. De acuerdo a los procedimientos legales vigentes,
entre los tres hermanos condenados por el crimen se procedió a sortear
al que sería ejecutado. Por una especie de mueca siniestra del destino,
ese sorteo salvo a los mayores señalando a Alfredo. Pese a intensas
gestiones y movimientos en favor de clemencia para el reo, terminaron por
imponerse las presiones políticas y Jáuregui fue fusilado.
Aquellos hechos fueron registrados
en dos películas. Una, realizada por Castillo bajo el título
de "El Fusilamiento de Jáuregui". La otra, rodada por Posnansky,
se llamaba "La Sombría Tragedia del Kenko". También estas
dos obras nacionales tuvieron severos tropiezos con una censura que intentó
impedir su exhibición, temerosa sobre todo de su posterior difusión
en el exterior. Sin embargo, pese a la detención de Castillo y la
exigencia de entregar las cintas para ser archivadas en la Corte Suprema
junta a los obrados del proceso, finalmente ambas pudieron ser estrenadas.
El de Castillo era un cortometraje
que se limitaba a mostrar las escenas de la ejecución misma. En
cambio Posnansky, hizo un mediometraje de cinco rollos donde se reconstruye
toda la cadena de hechos desde el asesinato, pasando por el juicio, para
concluir con la ejecución.
1928/29 :
Bienio durante el cual se ruedan unos cuantos documentales referidos generalmente
a los frecuentes viajes del presidente Hernando Siles por diversos puntos
de la República. Continúan arribando también de tanto
en tanto camarógrafos extranjeros. Para la posteridad ha quedado
registrado el paso del equipo encargado del noticiero alemán "Deulig
Woche", así como del cineasta inglés Bee Mason, autor de
un largo documental llamado "De los Llanos a los Andes".
El hecho más importante sin embargo,
es la creación de la productora "Urania Films" encabezada por José
María Velasco Maidana, autor en 1928 de los cortometrajes "Amanecer
Indio" y "Pedrín y Pituca".
Durante la segunda mitad del año 29,
Velasco Maidana se aboca
a la realización de "Wara Wara", título
fundamental de nuestro cine silente.
Fotografías
Sobre argumento escrito por Antonio
Díaz Villamil la película cuenta una historia ambientada
en tiempos de la conquista española. Por sus pretensiones, y por
la magnitud del proyecto fue algo así como la superproducción
del cine silente boliviano, en términos siempre relativos claro.
Inicialmente la película debió
denominarse "El Ocaso de la Tierra del Sol".
Sin
embargo, problemas con la protagonista del film impidieron la continuidad
del proyecto. Parte de las escenas filmadas para ese primer argumento se
incorporaron luego a "Wara Wara", donde hizo las veces de elenco la crema
y nata de la intelectualidad de la época. Entre otros, participaron
de la filmación: el pintor Arturo Borda, la escultora Marina Nuñez
del Prado, el poeta Guillermo Viscarra Fabre. Junto a ellos, actuaba el
popular intérprete Emmo Reyes, y en el rol protagónico, Juanita
Tallansier.