PIONERO EN CINE DE PIONEROS

Jorge Ruiz - antecesor y amigo de Jorge Sanjines, cuya obra se conoce aquí, es el principal percusor del cine sonoro en Bolivia. Comenzó muy joven, en 1942, al hacer películas con una cámara de 8 milímetros para aficionados y tras un centenar de filmes, la mayoría de 16 milímetros/color, llego, a conquistar varios premios nacionales y extranjeros, y a producir también en otros países de la región, como Perú, Chile, Ecuador, Argentina y Guatemala.

Enamorado de los paisajes naturales y de las culturas autóctonas de su patria, Ruiz ha hecho un cine de afirmación nacionalista sin que sus películas tengan mensajes políticos directos. Poco afecto, al cine comercial de largo metraje, casi todos sus filmes son de metraje corto y mediano. Trabajando en condiciones extremas modestia de equipo y de precaria económica, Ruiz tuvo que hacer en gran parte, un cine de encargo, patrocinado por entidades públicas y privadas, capaces de financiar producciones. Su mérito esta precisamente, en hacer logrando una alta calidad artística dentro de la labor rara vez independiente, siempre restringida por la insuficiencia de medios y a veces entorpecida por los propios auspiciados. Hombre múltiple en el cinematográfico, se maneja con holgura en todo el proceso: desde pergeñar las bases del guión hasta poner a compaginar.

Jorge Ruiz fue gerente técnico de dos firmas privadas, Bolivia Films y Telecine Ltda., además de haber dirigido por varios años el, Instituto Cinematográfico Boliviano, ente estatal que existió desde 1953 hasta 1968 Locuaz y sensitivo, el realizador boliviano es también extremadamente modesto, al punto que si quiera tiene una colección completa de su producción ni guarda lo mucho que se a escrito sobre él y su obra. Y, sin embargo, el gran cineasta Inglés John Grierson lo tenia entre sus colegas más respetado y lo elogió en publico en más de una ocasión.

"Vuelve Sebastiana"
Un documental antropológico semi-argumentado, "Vuelve Sebastiana", consagro a Ruiz ya en la década del 50 como director fílmico de talla internacional. Premiada en Bolivia en 1956 con el galardón "Kantuta de Oro", esta cinta de media hora ganó el primer premio del Festival Mundial de cine Documental realizado en Montevideo en el mismo año. Y seguiría acumulando galardones por todo el mundo a lo largo de una década: San Giorgio (1958), Santa Marghritte (1960), San Francisco (1963) y Berlín (1963). Así pues, aunque algunos estiman que otro filmes de Ruiz son sus mayores realizaciones, este es el más conocido y celebrado de todos los suyos.

El crítico cinematográfico de Bolivia y director de la cinemateca de La Paz, Carlos Mesa, considera a "Vuelve Sebastiana", como "el más importante documental de toda historia del cine Boliviano". Y el historiador del cine boliviano Adolfo Gumucio afirma de dicha película " sienta las bases para el nacimiento de un nuevo cine en Bolivia y adelanta seguramente sobre el cine que se hacia en otros países del continente en esta época.

En un artículo en la revista "Cine Cubano", el propio Jorge Sanjines reconoce en "Vuelve Sebastiana" a un antecesor clave de su trabajo.

Entre las culturas autóctonas de Bolivia, las de aimaras y quechuas son claramente mayoritarias y dominantes. Todavía hoy constituyen cuando menos el 50 por ciento de la población. Los aimaras son una de las antiguas culturas andinas del Perú y Bolivia que los quechuas sojuzgaron para formar el imperio de los Incas que los españoles a su ves desbastaron. Los aimaras de Bolivia viven hoy solo en los Departamentos de La Paz y Oruro, al oeste del país, una parte a orillas del lago Titicaca, el cuerpo de agua navegable más alto del mundo, situado entre Bolivia y Perú.

En su tiempo, los aimaras habían avasallado a culturas andinas más antiguas, como las de los urus y chipayas, pescadores lacustres. Los últimos urus se extinguieron hace cuarto de siglo. En cambio, hoy cerca de un millar de Chipayas sobreviven, en cruentas condiciones de vida a cuatro mil metros de altura en la árida estepa altiplanica, cerca con la frontera con Chile. Para los chipayas, aislados y ariscos, no solo el resto de la población boliviana le es ajena , sino el propio indígena aimara , a simple vista , no demasiado distinto de él, es extraño y hostil.

Los chipayas hablan su propio idioma, no el aimara ni, menos, el español. Y se considera la mas antigua raza de la humanidad. Recelan del aimara , vecino de ellos en el pueblo de Corque, de la provincia de carangas, en el departamento de Oruro, y le temen y odian porque los expulsó del lago y los obligó ha refugiarse en la estéril cordillera, relegándolos a una miserable existencia pastoral.

Los chipayas casi nunca salen de su territorio para internarse en el aimara, y subsisten en creciente riesgo de extinción. Ruiz quiso documentar su vida no solo por registrarla sino por ayudar a salvaran. Así, "Vuelve Sebastiana", su película clásica, está montada sobre una sencilla anécdota afincada en esa realidad, que antropólogos europeos como Alfred Metrauz y Jean Vellard habían estudiado y descrito en libros que Jorge Ruiz leyó con sumo interés. Una niña chipaya de 12 años, que en la vida real se llamaba Sebastiana, cruza en persecución de sus ovejas, la frontera prohibida entre sus pueblos y los aimaras. Al no retornar a tiempo a su hogar, cunde el alarma y su abuelo decide correr el peligro de ir a buscar. La encuentra, prendada de un amiguito aimara, pastor como ella, que le han brindando pan, naranja y otras maravillas no soñadas por ella, deslumbrándolo. El abuelo le reprocha el haber llegado hasta allá y la pone a reflexionar, recordándole lo que en su pueblo e indicándole por qué se debe al mismo.
Jorge Ruiz monta entonces en "flash-back". Una bella y vigorosa descripción de lo esencial de la vida chipaya basada en acciones reales como ceremonias religiosas, labores de siembra y construcción de una casa todas ejecutadas por "actores" que nunca en su vida habían visto nada parecido al cine. Terminando el "racconto", la niña accede al reclamo y emprende el cambio de retorno de su pueblo en compañía de su abuelo.

Pero el esfuerzo del rescate a sido excesivo para el anciano y este cae en el camino, para no levantarse más. Cercano a la agonía, insta a su nieta a que vuelva a su pueblo. Ella vacía ante el dolor de dejarlo en ruta pero le obedece, pronto acuden los pobladores chipayas a traer el cadáver y la película terminada con el ritual del entierro. En las dramáticas tomas finales, Sebastiana vuelve a su pueblo puesto que "a tus espaldas y hacia el porvenir, los siglos te están aguardando". "Ruiz trabaja todo el filme con una gran sensibilidad y su estructura es totalmente poética", afirma el critico Carlos Mesa , y añade: "Algunos encuadres tiene paralelismo con la obra de Eisenstein en México, sin pretender por ello analogías conscientes imposibles precisamente en el caso de " Viva México", del maestro soviético.

Interesa anotar que el guionista de "Vuelve Sebastiana" , el periodista Luis Ramiro Beltrán, vive en Bogotá desde 14 años. Y es importante subrayar que, más allá de hacer cine, Jorge Ruiz se identifica hondamente como ser humano con la dura vida de los chipayas, afligidos por el hambre, arrinconados por los aimaras y abatidos por sequías o inundaciones. Volviendo del campo de filmación, trae consigo muestras de la cultura chipaya (escasamente conocida en el país) como instrumento, vestido e iconos. Los exhibe y ensalza donándolos a un museo indigenista. Mas aún, acude a las autoridades en pos de ayuda y justicia para aquellos.

Unos veinte años mas tarde, una mujer chipaya se presente se súbito a Jorge Ruiz en La Paz para rogar su ayuda para aliviar las consecuencias de una riada que casi borra del mapa a la aldea chipaya. ¡Es Sebastiana! La niña, convertida en plena mujer y dirigente de la comunidad. Ha venido desde el fondo del páramo a la capital porque tiene fe en su amigo. Emocionado, Jorge Ruiz La presenta al país por televisión y cuenta la tragedia que padecen sus amigos. A su llamado, acuden autoridades, instituciones cívicas y empresas comerciales. En pocas horas se monta una impresionante colecta de donaciones. Gozosa, Sebastiana vuelve otra vez a su pueblo, esta vez, gracias a Ruiz, guiando una caravana de víveres y otros auxilios. Tal la tesitura espiritual del director de "Vuelve Sebastiana", hoy ilustre huésped de Colombia.

Jorge Ruiz , cuya trayectoria cinematográfica comenzó en 1944, es autor de más de 200 documentales, de largometraje como ese clásico del cine boliviano titulado "Vuelve Sebastiana"(1953) y "La vertiente" (1958) y de numerosos cortometrajes.
Ruiz recibió al Orden al Mérito Civil "Simón Bolívar" creada en 24 de Julio de 1986, para reconocer a personalidades, instituciones y embajadores que han presentado valiosos servicios a la nación.
La historia del cine boliviano tiene en Jorge Ruiz no sólo a uno de sus grandes pioneros sino también, como han reconocido críticos e historiadores del séptimo arte nacional, mas grande documentalista contemporáneo del país.


Dr. Luis Ramiro Beltrán