PIONERO EN CINE DE PIONEROS Jorge Ruiz - antecesor y amigo de Jorge Sanjines, cuya obra se conoce aquí, es el principal percusor del cine sonoro en Bolivia. Comenzó muy joven, en 1942, al hacer películas con una cámara de 8 milímetros para aficionados y tras un centenar de filmes, la mayoría de 16 milímetros/color, llego, a conquistar varios premios nacionales y extranjeros, y a producir también en otros países de la región, como Perú, Chile, Ecuador, Argentina y Guatemala. Enamorado de los
paisajes naturales y de las culturas autóctonas de su patria, Ruiz
ha hecho un cine de afirmación nacionalista sin que sus películas
tengan mensajes políticos directos. Poco afecto, al cine comercial
de largo metraje, casi todos sus filmes son de metraje corto y mediano.
Trabajando en condiciones extremas modestia de equipo y de precaria económica,
Ruiz tuvo que hacer en gran parte, un cine de encargo, patrocinado por
entidades públicas y privadas, capaces de financiar producciones.
Su mérito esta precisamente, en hacer logrando una alta calidad
artística dentro de la labor rara vez independiente, siempre restringida
por la insuficiencia de medios y a veces entorpecida por los propios auspiciados.
Hombre múltiple en el cinematográfico, se maneja con holgura
en todo el proceso: desde pergeñar las bases del guión hasta
poner a compaginar. "Vuelve Sebastiana" El crítico cinematográfico de Bolivia y director de la cinemateca de La Paz, Carlos Mesa, considera a "Vuelve Sebastiana", como "el más importante documental de toda historia del cine Boliviano". Y el historiador del cine boliviano Adolfo Gumucio afirma de dicha película " sienta las bases para el nacimiento de un nuevo cine en Bolivia y adelanta seguramente sobre el cine que se hacia en otros países del continente en esta época. En un artículo en la revista "Cine Cubano", el propio Jorge Sanjines reconoce en "Vuelve Sebastiana" a un antecesor clave de su trabajo. Entre las culturas autóctonas de Bolivia, las de aimaras y quechuas son claramente mayoritarias y dominantes. Todavía hoy constituyen cuando menos el 50 por ciento de la población. Los aimaras son una de las antiguas culturas andinas del Perú y Bolivia que los quechuas sojuzgaron para formar el imperio de los Incas que los españoles a su ves desbastaron. Los aimaras de Bolivia viven hoy solo en los Departamentos de La Paz y Oruro, al oeste del país, una parte a orillas del lago Titicaca, el cuerpo de agua navegable más alto del mundo, situado entre Bolivia y Perú. En su tiempo, los
aimaras habían avasallado a culturas andinas más antiguas,
como las de los urus y chipayas, pescadores lacustres. Los últimos
urus se extinguieron hace cuarto de siglo. En cambio, hoy cerca de un
millar de Chipayas sobreviven, en cruentas condiciones de vida a cuatro
mil metros de altura en la árida estepa altiplanica, cerca con
la frontera con Chile. Para los chipayas, aislados y ariscos, no solo
el resto de la población boliviana le es ajena , sino el propio
indígena aimara , a simple vista , no demasiado distinto de él,
es extraño y hostil. Los chipayas casi
nunca salen de su territorio para internarse en el aimara, y subsisten
en creciente riesgo de extinción. Ruiz quiso documentar su vida
no solo por registrarla sino por ayudar a salvaran. Así, "Vuelve
Sebastiana", su película clásica, está montada
sobre una sencilla anécdota afincada en esa realidad, que antropólogos
europeos como Alfred Metrauz y Jean Vellard habían estudiado y
descrito en libros que Jorge Ruiz leyó con sumo interés.
Una niña chipaya de 12 años, que en la vida real se llamaba
Sebastiana, cruza en persecución de sus ovejas, la frontera prohibida
entre sus pueblos y los aimaras. Al no retornar a tiempo a su hogar, cunde
el alarma y su abuelo decide correr el peligro de ir a buscar. La encuentra,
prendada de un amiguito aimara, pastor como ella, que le han brindando
pan, naranja y otras maravillas no soñadas por ella, deslumbrándolo.
El abuelo le reprocha el haber llegado hasta allá y la pone a reflexionar,
recordándole lo que en su pueblo e indicándole por qué
se debe al mismo. Pero el esfuerzo del rescate a sido excesivo para el anciano y este cae en el camino, para no levantarse más. Cercano a la agonía, insta a su nieta a que vuelva a su pueblo. Ella vacía ante el dolor de dejarlo en ruta pero le obedece, pronto acuden los pobladores chipayas a traer el cadáver y la película terminada con el ritual del entierro. En las dramáticas tomas finales, Sebastiana vuelve a su pueblo puesto que "a tus espaldas y hacia el porvenir, los siglos te están aguardando". "Ruiz trabaja todo el filme con una gran sensibilidad y su estructura es totalmente poética", afirma el critico Carlos Mesa , y añade: "Algunos encuadres tiene paralelismo con la obra de Eisenstein en México, sin pretender por ello analogías conscientes imposibles precisamente en el caso de " Viva México", del maestro soviético. Interesa anotar que el guionista de "Vuelve Sebastiana" , el periodista Luis Ramiro Beltrán, vive en Bogotá desde 14 años. Y es importante subrayar que, más allá de hacer cine, Jorge Ruiz se identifica hondamente como ser humano con la dura vida de los chipayas, afligidos por el hambre, arrinconados por los aimaras y abatidos por sequías o inundaciones. Volviendo del campo de filmación, trae consigo muestras de la cultura chipaya (escasamente conocida en el país) como instrumento, vestido e iconos. Los exhibe y ensalza donándolos a un museo indigenista. Mas aún, acude a las autoridades en pos de ayuda y justicia para aquellos. Unos veinte años mas tarde, una mujer chipaya se presente se súbito a Jorge Ruiz en La Paz para rogar su ayuda para aliviar las consecuencias de una riada que casi borra del mapa a la aldea chipaya. ¡Es Sebastiana! La niña, convertida en plena mujer y dirigente de la comunidad. Ha venido desde el fondo del páramo a la capital porque tiene fe en su amigo. Emocionado, Jorge Ruiz La presenta al país por televisión y cuenta la tragedia que padecen sus amigos. A su llamado, acuden autoridades, instituciones cívicas y empresas comerciales. En pocas horas se monta una impresionante colecta de donaciones. Gozosa, Sebastiana vuelve otra vez a su pueblo, esta vez, gracias a Ruiz, guiando una caravana de víveres y otros auxilios. Tal la tesitura espiritual del director de "Vuelve Sebastiana", hoy ilustre huésped de Colombia. Jorge Ruiz , cuya
trayectoria cinematográfica comenzó en 1944, es autor de
más de 200 documentales, de largometraje como ese clásico
del cine boliviano titulado "Vuelve Sebastiana"(1953) y "La
vertiente" (1958) y de numerosos cortometrajes. |