Hollywood Honra a Jorge Ruiz

Escena de Mina AlaskaA sus 77 años Jorge Ruiz uno de los máximos representantes del cine Boliviano, no esperaba estar en aquel lugar, ni tampoco esperaba ver lo que vio. “Esto es para mí un doble milagro”, fueron sus primeras palabras frente más de 500 espectadores y productores de cine sentados en la sala principal del Teatro Egipcio, ubicado en el corazón de Hollywood.

Mina Alaska, única película de Bolivia, cerraba la sexta versión del Festival de Cine Latinoamericano en Hollywood (del 19 al 28 de julio) “Primero, me resulta increíble que una de mis producciones este aquí, en Hollywood; jamás lo hubiera imaginado. Y segundo, es asombrosa la restauración que se ha hecho de esta película, ha quedado mejor que la primera versión”, expresaba Jorge Ruiz, visiblemente emocionado.

Durante 10 días, el Teatro Egipcio, ubicado en la famosa calle de las estrellas caídas de Hollywood, se vistió de Latinoamérica. Provenientes desde México hasta Chile, pasando por Cuba, Costa Rica y España, más de 50 películas y un sin número de cortos, directores, productores y actores lucieron la diversidad de historias, intereses y luchas del pueblo y arte latinoamericano.

Exactamente medio siglo después que se iniciaron las primeras filmaciones de Mina Alaska y luego de innumerables sucesos que la condenaron a la desaparición, el 28 de julio fue presentada en el cierre del Festival organizado por el conocido actor chicanoamericano, Edward James Olmos.

Con una impecable combinación de sencillez y orgullo, el mayor representante del documental en Bolivia no perdió la oportunidad para resaltar al género audiovisual que había sido su mayor pasión. “Ante todo soy un documentalista porque es en el documental donde yo he vivido y me he expresado realmente”. Sin proponérselo y casi como una suave bofetada a la industria cinematográfica agregó, “antes que verlo como una profesión yo lo veo como un oficio, una artesanía y por eso yo me considero de oficio cinero.

Ante el asombro que causó la participación de cientos de indígenas en el film, Jorge Ruiz, reconocido en Francia como el “Padre del Cine Indigenista”, dio el secreto para trabajar con pueblos originarios. “Hay una sola fórmula: amistad y respeto, integrarse a ellos y comprender su cultura. Cuando ganas su confianza, ellos son una maravilla”, comentaba Ruiz a tiempo de destacar la actuación indígena como la mejor que había visto por su naturalidad y espontaneidad. “Son los mejores actores con los que he trabajado y superan en muchos casos a los pseudo actores de escuela”, decía ante destacados representantes de producción y actuación del cine Hollywodense.

MINA ALASKA: UNA HISTORIA
TRAS LA HISTORIA

“Estábamos en el ‘Café Potosí’, en La Paz, cuando entró Charlie Smith. Nos pareció un tipo increíble y luego de oír su historia se me ocurrió la idea de hacer un documental que siguiera sus pasos en busca de oro”. Así comenzó la aventura de Jorge Ruiz que, después de 50 años, concluye con la exhibición de Mina Alaska en Hollywood.

“La realización de la película es mucho más increíble que la misma historia que cuenta... Mina Alaska fue hecha con un equipo (humano y técnico) que hoy causaría risa y con un guión que probablemente no tuvo más de dos páginas”, decía Ruiz ante a incredulidad de destacados cineastas presentes. “Fue una historia que se fue construyendo a medida que vivíamos todas las aventuras que en ella se narran”. Sin perder la oportunidad de destacar al género que ha sido su mayor pasión agrega, “Cuando llegábamos al lugar, todo era diferente como se lo había planeado y es ahí donde sirve la técnica del documental: improvisar, inventar, sacar partido a lo que está allí”.

Mina Alaska tuvo dos fases de producción con fines diferentes. En 1952, Ruiz inicia un año y medio de filmaciones relatando la verdadera historia de Charlie Smith, un americano ilegal en Bolivia cuya pasión era el oro. Siguiendo los pasos de Charlie Smith, un equipo de 4 personas en la producción, inició su aventura desde el Altiplano hasta las nevadas cumbres, llegando a los yungas en su paso hacia el oriente boliviano por el río Amazonas. “Al igual que aquel viejo de más de 70 años, nosotros también estábamos de aventureros buscadores de oro, con una cámara a cuerda que apenas filmaba tomas de 30 segundos”.

La expectativa de Ruiz quedó frustrada al enterarse de que después de haber enviado los rollos de filmación a Nueva York, éstos se habían quemado en un incendio. “Ya no había nada que hacer y Charlie Smith se fue por el amazonas al Brasil, como narra la película”. Sin embargo, más de 15 años después, en 1968, el director es sorprendido por una carta de Nueva York, donde le informan que han encontrado unos films de Bolivia en una caja vieja. “Les pedimos que nos los manden de vuelta. Afortunadamente estaban bien conservados por lo que decidimos hacer una segunda parte completándola con escenas de una actriz austriaca que se hallaba de paso por Bolivia (Christa Wagner)”. De este modo se concluye la fase de filmación, que con excepción de Charlie Smith, contó con los mismos actores del pasado. “Debe ser el único Flashback en la historia del cine que es real (puesto que los actores habían envejecido naturalmente durante aquellos 15 años), además de que también debe ser el único caso donde el protagonista, Hugo Roncal, después de hacer su parte de actuación, era asistente de cámara”, relataba Ruiz ante la risa y asombro de sus ansiosos oyentes.

G0NI, EL AYUDANTE
Las sorpresas no terminaban. “Además tenía otro ayudante que recién había llegado de EEUU y que estaba entusiasmado con el cine. Nos ayudaba en los viajes, con la filmación o cargando el equipo, pero que años después se dedicó primero a la industria minera en Bolivia y luego a la política hasta que llegó a la Presidencia de la República y en la próxima semana será nuevamente presidente de los bolivianos”.

Con esta divertida anécdota, Ruiz recordaba el transitorio paso de Gonzalo Sánchez de Lozada por el cine boliviano, hace 50 años. Luego de concluir la primera versión de la película, Mina Alaska vuelve pasar al olvido en otro estudio cinematográfico. “Estuvo en un depósito aquí en Los Angeles con un tipo que quería hacer una traducción al inglés y que finalmente nunca hizo nada... y es aquí donde los rollos terminan de dañarse”. Sin embargo, gracias al esfuerzo e interés de José Sánchez, boliviano de origen y hoy catedrático de cine en la Universidad de California, en 1997 se inicia la restauración del film. Utilizando el negativo que había en EEUU y otro que se logró conseguir en Argentina, la película es finalmente restaurada en el Archivo de Cine de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Angeles.

Es así como Mina Alaska sale del fuego y del olvido para mostrar una historia tras la historia. Con una fotografía casi impecable, esta película nos presenta a Bolivia, multicultural, multigeográfica, multifacética. Más de 3 culturas que casi sin conocerse comparten la negación y el olvido de una Bolivia urbana que nunca supo que hacer con ellas.

Con Jorge Ruiz salen a la luz, deslumbrantes y valiosas en sus conflictos y tradiciones y que luego de medio siglo continúan siendo un retrato de la lucha boliviana, como lo dice en algún momento la misma narración: “Como siempre en este país, uno está subiendo cuestas, para después bajar, siempre bajar”.
Edward James Olmos al igual que todos los presentes sonrieron tan conmovidos como admirados por esta historia y por este hombre que la contaba con un talento casi inocente desbordando en todo momento.
Afuera de aquella sala, cientos de estrellas en el pavimento, anuncios, limusinas, sonidos, gente y más gente. Unos muy ocupados haciendo su contribución a la industria más poderosa del cine mundial; otros parados en alguna esquina con centavos en el bolsillo y la esperanza de ser descubiertos por algún productor que les de la bienvenida a la fama. Parecía ser un domingo como cualquier otro en Hollvwood; sin embargo, para Jorge Ruiz y todos los que asistimos a la presentación de Mina Alaska, bolivianos y no bolivianos, este domingo no fue como cualquier otro.


Ingrid Maida (California)