Identidad histórica. Cultural y social, es el primer objetivo de nuestra organización que busca la transformación. El cambio para acabar con las lacras de la opresión, de la explotación, de la enajenación nacional. Es adquirir la capacidad para construir una patria libre e igualitaria. Esa es la esencia de la Revolución en nuestro tiempo, sólo asentar nuestras raíces: en la conciencia y en la acción nos hace universales. Saber dónde estamos parados, de dónde venimos, nos permite definir los caminos del porvenir, pero, al mismo tiempo, nos hace partícipes de la historia, con características propias para hablar de igual a igual con todos los pueblos y naciones del mundo.

Somos un Estado multinacional y pluricultural. Esta es una verdad que no debe servir solamente para que los antropólogos nos estudien y publiquen Tesis asombrosas.Tenemos que asumirnos como sustancia diversa y articulada, totalizadora. Tenemos que organizarnos y vivir de esa manera.

Aymarás, Quechuas. Guaraníes y todos los pueblos que hasta ahora estuvimos como borrados por un Estado sin Nación, que nunca pudo lograr su identidad, porque siempre buscó la homogeneidad cultural sobre patrones coloniales. Pero también es necesaria la identidad social: somos los productores explotados y oprimidos por las clases de coloniantes que se hicieron dueñas del estado.

Así NACION y CLASE identificadas, permiten articular la voluntad colectiva diversa. Pero unida bajo un sólo propósito: construir un sujeto social coherente. Dotado de conciencia y autoconciencia. Capaz de ejercer la soberanía popular como una forma de autodeterminación nacional popular.

Sólo de esa manera es posible construir un Estado Multinacional y Pluricultural que acabe con el sistema político excluyente y discriminador, que reproduce las relaciones de explotación y opresión.

Un Estado Libre e igualitario, para construir una nueva sociedad: SOCIALISMO PLURICULTURAL Y AUTOGESTIONARIO.

El EJE PACHAKUTI no es un partido, frente o alianza al modo tradicional.

Es la encarnación del Instrumento de los pueblos originarios de nuestro territorio, como protagonistas centrales de la historia de los movimientos populares emergentes como los cocaleros que enfrentan la lucha por la soberanía y la defensa de nuestros valores; de las regiones en tanto que ecosistemas y unidades socioculturales, de los "Marginados" y borrados de la historia llamados "informales" de los pueblos urbanos oprimidos, exilados, discriminados:

Campo y ciudad, unificados bajo la fuerza invencible de las naciones que pueblan Bolivia: Trabajadores agrícolas, cocaleros, mineros, fabriles, pequeños productores "informales", intelectuales, estudiantes, pobladores marginados y discriminados de las ciudades.

Hombres y mujeres, jóvenes y adultos. Tal es ese gran espacio de participación igualitaria EJE PACHAKUTI.

Alguien dijo que el pueblo despierta cada cien años. Hoy han despertado las naciones de nuestro territorio, para no volver a dormir jamás.

Han despertado en sus dimensiones multifacéticas y nadie Irá detenerlos en sus victoriosas marchas.

Ese es el significado del PACHAKUTI.

La explosión que hace reventar en astillas al sistema caduco y al mismo tiempo es la luz germinal que alumbra la nueva era. Es el punto de inflexión fundacional de lo que nacerá radiante como el Inti Andino Amazónico, sobre un territorio saqueado, depredado, expoliado y sobre una sociedad oprimida, para emprender la gran lucha por la emancipación plena, total.

El Pachakuti es la negación de las exclusiones. No se desarrolla bajo la dirección de una "elite" de una "clase política". Es la participación universal de todos en todo, para construir su vida, diversa, pero articulada a la totalidad social concreta.

Es la respuesta a la crisis general del sistema, la que permitirá al pueblo desarrollar su capacidad de autogobernarse.

Es el anuncio de que ahora construiremos nuestra historia con nuestras propias manos, para nosotros, para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Por eso es que el EJE incorpora su nombre, sus símbolos, su patrimonio. Es un proyecto que lo integra a la totalidad nacional popular y que lo convierte en una parte del PACHAKUTI. En el que no pierde su identidad revolucionaria, sino más bien adquiere una dimensión multiplicada.

EJE PACHAKUTI. Es la referencia inicial que debe ampliarse con otras vertientes que van hacia el mismo cauce.

Sin arrogancia, pero también sin complejos, quiere contribuir a la unidad para la victoria.

En la llamada era del mercado total, nosotros proclamamos el fin de la dictadura del mercado.

Los programas de los partidos tradicionales, de derecha o izquierda, oficialistas o de oposición, tienen un sello que los uniforma, un cordón umbilical que los une al sistema: son variaciones de la "economía de mercado" más reaccionarios y despóticos unos, más flexibles y "novedosos" otros.

Los reaccionarios apurados en devorarse el país, privatizando o hasta sus tuétanos, arrebatándonos tierra y territorio, erradican nuestra coca. Sin erradicar el narcotráfico, consolidando una democracia autoritaria y elitista peleándose a dentelladas por disputarse entre ellos y las transnacionales imperialistas un país descuartizado.

Ciertos ex izquierdistas, e incluso algunos, populistas negocian "microespacios" para sobrevivir en el sistema, aportan su imagen o sus fotografías con rostro "orginario", "regional" o "popular'' como un dato folklórico que mejora la cara del Estado oligárquico. Para ello hacen trabajillos sucios bajo el justificativo de estar "atenuando" la tiranía del mercado o buscando "pagar la deuda social" que es impagable como la muerte.