Si bien es cierto que la Guerra de la Independencia tuvo el propósito de liberar al pueblo del dominio español, ya no pudo retirar las costumbres, enfermedades, conocimientos, filosofías, artes, etc.; que los hispanos trajeron consigo durante la conquista. En otras palabras, el territorio que ahora conforma Bolivia no quedo después de la sangrienta guerra libertaria tal como había sido antes de la conquista hispana.
 
En cuanto se refiere a la moneda metálica, aconteció similar cambio, ya que en la época prehispanica ni se la conocía, porque predominaba la de la sierra, es decir, los productos se cambiaban unos por otros, pero el trueque, tenia la desventaja de mantener casi estática la economia de una sociedad que carecía de la perspectiva de aspirar a un desarrollo creciente. La vida era más sencilla y pacifica, sin la ambición que corroe el espíritu del hombre.

De cualquier manera, Bolivia como país independiente, no pudo aislarse del mundo e ingreso en el meollo de la economía internacional en base a la moneda metálica, tan codiciada por los seres humanos.
Durante los quince largos años de guerra libertaria, la Casa Real de Moneda de Potosí tuvo altibajos porque por periodos cambiantes era administrada por los mismos españoles, que la convirtieron en cárcel para los revolucionarios, y luego quedaba en poder de los ejércitos emancipadores, que del mismo modo la utilizaban como cuartel y deposito de armamento, víveres y vestuario.

En lo que toca a la acuñación misma de moneda, esta se mantuvo, e incluso por momentos tuvo mayor actividad emergente de las necesidades que represen-taban el sostenimiento de tan prolongada lucha.
 
La moneda en su peso, ley y sello se mantuvo inalterable desde 1808 con el busto del Rey Fernando VII en el anverso y el escudo de España en el reverso, incluso en los meses que retenían la ceca los ejércitos revolucionarios, quizá porque les era más cómodo usar los troqueles ya existentes, porque lo que se imponía para el uso de la moneda era el peso y ley, y finalmente porque no se daban todavía las condiciones necesarias para imponer un cambio trascendental y profundo dentro de la numismática.

Pasada la guerra libertadora el 6 de Agosto de 1825 se firmo el Acta de la Independencia y la flamante República de Bolívar se vio sumamente empobrecida, pero como nación soberana e independiente tenia el desafío de profundizar su nuevo destino.

 En el naciente Congreso Legislativo se analizo el tema de una nueva moneda. La primera Ley Monetaria, fue aprobada por la Asamblea Constituyente el 17 de agosto de 1825, la misma que adoptaba, para la emisión de las primeras monedas bolivianas, el peso, ley y diámetro de las ultimas del periodo colonial, es decir las de Fernando VII.
 
La diferencia se daba únicamente en el sello, debiendo la moneda de plata llevar en su anverso, el cerro de Potosí con un sol naciente sobre su cima, y a los costados se expresarían el numero y la letra mayúscula del valor de la moneda. En la circunferencia se vería en el costado izquierdo, la palabra República, y en el derecho Bolívar. En su reverso la moneda llevaría en el centro el árbol de la libertad y a sus costados dos alpacas sentadas y enfrentadas con los cuellos levantados en acción de dirigir la mirada fijamente a la copa del árbol, y en la circunferencia se imprimirían la leyenda: “Con Unión, Firmeza, Orden y Ley”.

En cuanto a la moneda de oro, se estipulaba en la misma ley que su cuño no debería diferenciarse del de las de plata sino en el reverso donde en vez del árbol y las alpacas irían un escudo de armas de la República con dos pabellones a los costados y trofeos militares al pie de dicho escudo.

Se mantuvo la denominación de peso para la moneda fuerte, cambiando su división en ocho soles en lugar de reales.

Sin embargo, esa Ley Monetaria no llego a cumplirse. Uno de los principales motivos fueron los problemas técnicos que surgieron de la Guerra de la Indepen-dencia, ya que numerosos funcionarios de la Casa de Moneda, por adhesión a los realistas o por temor dejaron su trabajo siendo reemplazados por empleados sin experiencia que les llevo a cometer errores casi insalvables.
 
Ese fue el caso, por ejemplo del conocido ensayador, Pedro Martín de Albizu, quien con Juan Palomo y Sierra figura con la inicial "P" junto a la "J" de Juan Palomo, en las monedas acuñadas desde 1808 hasta 1824. Este año abandona el trabajo dejando a Juan Palomo y Sierra como único Ensayador para el resto de 1824 y principios de 1825 figurando en las monedas con la letra "J" solamente. Este mismo vuelve a figurar en las ultimas monedas de 1825 al igual que en algunas de 1823 con la inicial "J" junto a la "L" que correspondería a Leandro Osio.

Es posible que los Ensayadores mencionados ya no trabajaran en la Casa de Moneda después de la Guerra y al no encontrar talladores eficientes no se pudo aplicar la Primera Ley Monetaria, que tropezaba con imposibilidad de hacer abrir nuevos cuños, razón por la cual los usados para las monedas de Fernando VII tuvieron que ser utilizados hasta 1827, dando como irónico resultado que las primeras monedas bolivianas llevaran el busto del mencionado monarca español.

El 20 de noviembre de 1826, el Congreso Constituyente sancionó otra ley que disponía un nuevo cuño para la moneda boliviana. Esta ley si se llevo a efecto a partir de 1827.

Las monedas de plata tenían el mismo peso que las ultimas acuñadas y su ley era de 10 dineros y 20 granos.

Llevan en el anverso el busto del Libertador Simón Bolívar, y la inscripción: “Libre por la Constitución”. En el reverso muestran el árbol de la libertad, a los costados dos llamas enfrentadas viendo la copa; en el perímetro superior las palabras: "República Boliviana", y debajo de esta inscripción seis estrellas que al pasar los años aumentaron en numero puesto que representan a cada Departa-mento del territorio nacional. En el cordón poseen esta recordación: “Ayacucho, Sucre, 1824 ”.

Como se notara el sello del reverso fue tomado de la Primera Ley Monetaria.

 Las monedas de oro se comenzaron a acuñar en 1831, con los mismos cuños de las de plata. La orden de acuñación la dio el Gral. Andrés de Santa Cruz con el fin de dotar a Bolivia de circulante oro, lo que insto a reunir la suficiente cantidad del preciado metal fomentando su explotación en la región de La Paz.

La ley para estas monedas se fijo en 22 quilates.

Su circulación y acuñación se prolongo hasta 1857.
 
También durante el gobierno de Santa Cruz, a través de la Secretaria de Hacienda, se ordeno acuñar moneda fraccionaria: tostones, pesetas y reales con una disminución de la ley a 8 dineros, es decir de un 26% lo que motivo un desenlace catastrófico para la economía nacional ya que la población prefería y buscaba la moneda fuerte y no la fraccionaria considerada feble. También se recurría a las de oro principalmente para transacciones internacionales.

Los mineros bolivianos estaban obligados a vender su producción al gobierno a un precio fijo, generalmente inferior al internacional, hecho que ocasiono que el oro y la plata de buena ley se exportaran de contrabando, lo que provoco alza en los precios. El país se queda solo con moneda feble.

La producción monetaria de Bolivia desde 1830 hasta 1859, fue emitida en las siguiente proporciones:

 AÑOS PESOS FUERTES PESOS FEBLE
 1830-34 8.109.638 1.347.662
 1835-39 8.337.005 2.172.760
 1840-44 6.786.060 4.694.626
 1845-49 4.692.387 4.193.488
 1850-54 2.301.930 9.600.677
 1855-59 186.057 10.767.328
 

Las cifras revelan que el perjuicio para la vida económica del país, se cumplió por una ley natural anunciada mucho antes por Thomas Gresham, Ministro de Hacienda de la Reina Isabel de Inglaterra y fundador de la Bolsa de Comercio de Londres, que decía: “Cuando están en circulación dos monedas de igual poder liberatorio y el valor comercial de una de las dos aumenta con relación a la otra, la moneda depreciada hace desaparecer de la circulación a la buena moneda”.

A pesar de que la emisión de moneda feble ocasionó graves consecuencias internas que repercutieron inclusive en la economía de los piases vecinos de Perú y Chile, tuvo por otro lado ciertas "ventajas".

En este sentido el economista boliviano Fernando Baptista Gumucio, en un articulo publicado en el periódico "El Siglo" de la ciudad de Potosí, en fecha 10 de febrero de 1993 manifiesta su apoyo a la determinación del gobierno del Mariscal Santa Cruz de emitir moneda feble paralela a la fuerte.
 
 La mencionada note dice:  “el Presidente Santa Cruz, mediante Decreto de 10 de octubre de 1829. devalúo el contenido fino de las monedas de cuatro soles o tostones a 8 dineros, vale decir a 667 milésimos de plata y en igual proporción las monedas de dos, uno y medio sol, manteniendo, sin embargo, el mismo peso.
En el entendido edemas que, estando vigente el bimetalismo, existía una tasa de
cambio más flexible que la que habría de instituirse bajo el patrón oro, y por lo tanto la cantidad de moneda era una variable in dependiente que podía ser controlada tomando en cuenta consideraciones de carácter domestico. Esta moneda provincial, serviría para estimular el comercio interior que tanta falta de circulante padecía, ya que por su escaso contenido metálico no iría a alimentar las corrientes extranjeras. Posiblemente la reforma monetaria no logro a plenitud el objetivo deseado, pero mucho más gravoso, en términos de exportación de plata hubiera sido si las monedas menudas hubieran mantenido igual contenido fino.
 
No debió sorprender por tanto, que primero el Perú y luego Chile se prohibiesen la circulación de esas monedas en su territorio.”

Transcurrido el tiempo, el 6 de octubre de 1849, Don Rafael Bustillo, Secretario de Hacienda en el gobierno de Manuel Isidoro Belzu (1848-1855), firmo un decreto estableciendo un termino medio entre el peso fuerte tradicional y el sencillo o feble de 8 dineros, para lo cual se suspendía la acuñación de peso fuerte y ordenaba la acuñación de una nueva moneda sobre la base de ley de 10 dineros 20 granos y la equivalencia de la feble, de manera que a pesar de la diferencia de ley tengan valor igual.

Este decreto no llego a la practica.

También durante el gobierno de Belzu y la administración de Bustillo, se decreto el 12 de marzo de 1851, el establecimiento de una ceca en La Paz a solicitud de su Concejo Municipal, argumentando la cercanía de centros mineros en el Departamento de Oruro y la abundante producción de oro del distrito paceño.

Después de un largo y complicado tramite se abrió la nueva Casa de Moneda en el edificio de la calle Recreo, antigua sede del Colegio de Educandas que tuvo que ser restaurada, casona de la que en la actualidad no quedan rastros. Pero este acto de apertura no significa exactamente un inicio de actividad dentro de la acuñación misma.

Durante el periodo de reacondicionamiento en 1852, viajaron algunos oficiales de acuñación desde Potosí para hacerse cargo de la organización de operaciones. Ellos fueron: Manuel Berríos, director; José María Posadas, fiel y fundidor; Mariano Méndez, grabador jefe y Rudecindo Iñiguez, maestro de prensas.

La fecha de la inauguración de la ceca es desconocida. Se estima a principios de 1853, aunque tampoco significa un inicio de actividades. Porque la casa no contaba con maquinarias, aunque el jefe de la Casa de Moneda de Potosí en 1852 había viajado a París para contratar la fabricación de equipos de acuñación, pero por la carencia de recursos la misión no pudo concretar su cometido.

En los primeros meses de 1853, se habían internado pastas de plata para la pronta acuñación, frustrándose este propósito, razón que decidió su envío a Potosí, en una cantidad aproximada de 3.350 marcos.

Como solución al problema de las maquinas, se propuso llevar una parte del equipo existente en Potosí, pese a que provenía de las ultimas décadas de la colonia. Se efectivizó esta propuesta que había sido elevada a rango de orden prefectural.

Se puede considerar como fecha de inicio de actividades de la nueva ceca paceña a mediados de marzo de 1853 con emisión de moneda feble.

Este hecho origino nuevamente protestas del gobierno peruano, ya que Bolivia en 1847 había firmado el Tratado de Arequipa, por el cual ambos gobiernos se comprometían a no emitir mas moneda feble.

Además, el Perú consideraba a la nueva moneda "paceña" como falsa porque llevaba la marca de la ceca de Potosí, por haberse utilizado sus cubos del año 1830.

En la actualidad obviamente es difícil distinguir las monedas acuñadas de Potosí y de
La Paz, aunque estas no siempre llevaron la marca de la ceca potosina, o sea PTS, sino también “PAZ”.

Para entender las dificultades es interesante recurrir al Numismático Horace P. Flatt quien sostiene: “Las primeras monedas identificadas de la ceca de La Paz muestran el busto de Bolívar con la cabeza desnuda, tal como aparece en los 8 soles de 1848 - -51. Sin embargo, los 8 soles potosinos datados en 1853, llevan una cabeza laureada, y por esta razón el mismo diseño aparece en los 4 soles de 1853 acuñados en La Paz, al igual que los acuñados en Potosí. Estos últimos son comúnmente denominados "arbolitos". Variaciones sobre este diseño aparecerán en todas las posteriores mone-das de La Paz.”

Para la impresión del anverso de las monedas de aquella casa en gene-ral se usaron tres diferentes diseños del busto de Simón Bolívar, uno con la cabeza desnuda, otro con la laureada como las de Potosí y otro con la cabeza cruda.

Los años 1854 y 1855 fueron quizá los de mayor productividad para la Casa de Moneda de La Paz.

A1 transcurrir los años el edificio se había deteriorado siendo urgente su restauración y edemas la rehabilitación de las maquinarias que estaban ya demasiado gastadas, al mismo tiem-po se carecía de fondos para cubrir las necesidades de reparación y de reorganización.

Ante esa circunstancia el Ministro de Hacienda Tomas Frías del gobierno del Dr. José María Linares (1857 - 1861) emitió, el 24 de octubre de 1859, la orden de cerrar la Casa de Moneda de La Paz, devolviéndose la maquina-ria a la Villa Imperial.

Vale señalar también, que a pesar de que la idea de acuñar el oro produ-cido en el Departamento de La Paz fue uno de los principales motivos para el establecimiento de la nueva Casa de Moneda, en ningún momento la ceca norteña emitió monedas del mencio-nado metal.

 Es sabido que a partir de 1857 también el gobierno de José María Linares reconsidero la urgente solución al problema de la emisión de moneda feble, cuya producción había encarecido y al mismo tiempo causado desagradables consecuencias desde 1830. Empero, las soluciones no se concretaron.

En 1859, Bolivia confrontaba una grave crisis monetaria. La falta de vías de comunicación perjudicaba el desarrollo del comercio. La mala administración de varias compañías bolivianas ocasionó series quiebras dando lugar al desprestigio de Bolivia en el extranjero.

El Presidente Linares dejó el problema en manos de su Ministro de Hacienda, Dr. Tomas Frias, quien ordenó llevar a la practica el decreto emitido por Bustillos en 1849, mediante otro instrumento legal.

Al ejecutarse el nuevo decreto se emitieron en consecuencia los famosos "Tostones Frias" de 200 granos, con ley de 10 dineros 20 granos. La acuñación alcanzó la cantidad de 4.728.773,4 reales, dando lugar como lógica consecuencia que el precio oficial de la plata subiera en un 10%. Tal incremento debía pagarse en un lapso de 6 meses con billetes de crédito publico que servirían para pagar el precio del azogue o mercurio para el refinamiento del mineral.

Estas medidas no solucionaron el problema en su totalidad, puesto que los tostones Frias al igual que los pesos fuertes anteriores, desaparecieron tan pronto como fueron producidos.

Al ser derrocado el Dictador Linares por el Gral. José María Acha Valiente (1861 - 1864), se establece el nuevo gobierno con serias intenciones de moralizar el sector administrativo y reconstruir el país.

Entre las principales medidas económicas adoptadas se pueden mencionar la cobranza de rentas atrasadas, la creación del impuesto a la coca, nuevo repartimiento y venta de tierras de las comunidades indígenas y la apertura de vías de comunicación.

En cuanto a la moneda se adopto el sistema decimal dejando atrás el octal que había sido instituido desde el periodo colonial. La adopción del nuevo sistema se produjo através de la ley de fecha 29 de junio de 1863, dictada por la asamblea legislativa que implantaba que el peso fuerte de 272 maravedies sea reemplazado por el boliviano de plata de 100 centavos que fue adoptado como unidad monetaria de la nación.

Las monedas de plata fueron divididas en cinco clases:

 1) BOLIVIANO: peso fuerte, con peso ponderal de 500 granos del
  marco castellano.
 2) MEDIO BOLIVIANO: con el peso ponderal de 250 granos.
 3) TOMIN: con 100 granos.
 4) DECIMO DE BOLIVIANO: real, con 50 granos.
 5) MEDIO REAL: con 25 granos.

La ley para las nuevas monedas fue fijada en 900 milésimas.

Cada centavo del boliviano de plata debería ser representado por una moneda de cobre.

Una onza de oro valía 17,5 bolivianos de plata.

También se designo un nuevo tipo de cuño.

En el anverso, reemplazando al busto del Libertador, se fijo por primera vez el escudo de armas de Bolivia y bordeando el mismo en la parte superior de la circunferencia se inscribieron las palabras: "República Boliviana" mientras en la parte inferior, se fijaron las estrellas que representaban a los Departamentos del territorio.

En el reverso, una corona formada por dos ramas, una de laurel y otra de olivo, al centro de la corona el valor de la moneda y la cantidad de fino. En la mitad superior de la circunferencia se leía el lema: "La unión es la fuerza". En el exergo se coloco el año de emisión.

El cordón, estaba impreso en alto relieve con las palabras: “Bolivia Libre e Independiente -1825”.

El mismo cuño fue aprovechado para las monedas de cobre que eran emitidas con valores de uno y dos centavos.

Con el fin de no sorprender inmediatamente a la población el nuevo sistema monetario, la emisión de la nueva moneda se fijo a partir del año siguiente, es decir en 1864.

En principio se imprimieron solo monedas de un boliviano y de 50, 20 y 10 centavos.

El Banco de Rescate debería pagar 8 bolivianos 60 centavos por marco de plata a la ley superior, mientras que la Casa de Moneda pagaría al Banco 8,18 bolivianos por marco de 917 milésimos.

 La acuñación de este nuevo tipo de moneda se mantuvo estable desde fines de 1863 hasta 1909.

Sin embargo durante el gobierno del Gral. Mariano Melgarejo Valencia (1864 - -1871), el Dr. Jorge Oblitas, Jefe Superior del Sud, mando acuñar a principios de 1866, nuevamente la moneda feble de 400 granos de peso y de ley de 8 dineros con la denominación de "pesos Melgarejo", que llevaban el busto del presidente.

El objetivo era cubrir con las monedas urgentes necesidades internas, pero nuevamente los resultados fueron vanos.

Este repetido error hizo que la Secretaria General de Estado, el 3 de julio del mismo año resolviera suspender la acuñación de los pesos Melgarejo. Finalmente el 12 de noviembre de 1866 se declaró en forma oficial la depreciación de la mencionada moneda al valor de solamente 6 reales.

En los seis años de gobierno del melgarejismo, sucedió un hecho trascendental y definitivo para la Casa de Moneda de Potosí, ya que se adquirió una nueva maquinaria para la acuñación, a los 44 años de la Independencia, la misma que reemplazo a las maquinas coloniales, cuyo deterioro era preocupante.

Se conoce que las nuevas máquinas a vapor costaron al país mas del triple de su valor real debido a la ingenuidad que caracterizo al Gral. Melgarejo.

Tal adquisición se produjo luego de una situación conflictiva. E1 7 de febrero de 1867, Melgarejo había otorgado permiso, mediante resolución, al italiano Clemente Torretti para acuñar moneda fraccionaria de 5, 10 y 20 centavos, de 6 dineros de ley, en la ciudad de La Paz, con una maquinaria nueva que funcionaba a vapor.

El italiano gozaría del privilegio de libertad para rescatar pastas de plata de Oruro, La Paz y Mejillones hasta alcanzar el peso de 50.000 marcos. Esta cantidad debía ser acuñada en un plazo de tres años a partir de la fecha del contrato.

Por su parte el gobierno se beneficiaría, transcurridos los tres años, con la maquinaria que quedaría para el país y durante los tres años recibiría solamente el 8% de las ganancias liquidas que ascendían hasta casi un 100%.

La tabla de costos y ganancias seria la que sigue:

Costo de acuñación incluyendo la compra de las maquinas de un valor de Bs. 65.000. -     Bs 511.250.-
 Valor nominal de las monedas acuñadas Bs  921.600.-
 Ganancia liquida  Bs  410.350.-
 Beneficio para el gobierno  Bs  32.820.-

En el supuesto caso de que el gobierno rescindiera del contrato -antes de fenecer el plazo estipulado- se comprometía a comprar la maquinaria a precio de factura, mas los gastos de flete.

En efecto, el año 1868, habiéndose "arrepentido" el gobierno de la firma del mencionado contrato, ordeno la respectiva rescisión y se autorizo la compra de la maquinaria por 200.000 bolivianos.

En diciembre de 1869, la maquinaria fue trasladada a la Casa de Moneda de Potosí, la misma que acuño monedas durante 40 años, hasta 1909.

La ley monetaria sobre el sistema decimal que fue promulgada durante el gobierno de Acha, fue adoptada en toda su extensión y edemas mejorada con algunas reformas durante el gobierno de Melgarejo, por Decreto de 12 de octubre de 1869.Tal decreto se cumplió en mejor forma con la tecnología de las nuevas maquinas.

El decreto disponía:

-Adoptar como unidad monetaria una pieza de plata denominada "boliviano", con ley de 900 milésimas y 25 gramos de peso, dividida en 100 centavos.

- Establecer cinco clases de monedas de oro a la ley de 900 milésimas. La mayor tendría el valor de 20 bolivianos con 32.258 miligramos de peso y las demás con precio proporcional, representando bolivianos diez, cinco, dos y uno.

- Prohibir la exportación de oro y establecer el rescate a razón de Bs. 612 por kilogramo a la ley suprema de milésimo, lo que arroja la relación de 1 a 15.30. Igualmente el rescate de la plata al precio de Bs 38.50 por kilogramo fino.

- Establecer también tres monedas de cobre o de cobre y níquel: la primera del valor de dos centavos de boliviano con peso de cinco gramos y veintitrés milímetros de diámetro la segunda del valor de un centavo de boliviano con peso de 3 gramos y 20 milímetros de diámetro; y la tercera del valor de medio centavo de boliviano, con peso de dos gramos y 18 milímetros de diámetro.

- La proporción del cobre y del níquel que deberá entrar en la composición de estas monedas será de un 75% de cobre puro y de un 25% de níquel.

-El tipo de cuño de las monedas de oro y de plata a que se refiere el presente Decreto, era el mismo determinado por el Decreto de 1863 del gobierno de Acha.

-La diferencia estaba en el cordón, que en vez de la leyenda estaría formado por cortes verticales uniformes.

- E1 cuño de las monedas de cobre seria el siguiente: Para el anverso, una llama colocada al centro, en el perímetro superior la inscripción "República de Bolivia", y en el inferior el año correspondiente a la emisión. Para el reverso, once estrellas equidistantes en la circunferencia y al centro se leería la nominación de la pieza.
 

Agustín Morales Hernández, derroco a Mariano Melgarejo en 1871 y se mantuvo en la presidencia sólo hasta 1872.

Una de sus primeras medidas fue la destrucción total y oficial de todos los cuños y troqueles con las efigies de Mariano Melgarejo y de su Secretario General, Don Mariano Donato Muñoz. Asimismo se dejo de acuñar moneda feble sellando monedas de 900 milésimas de fino, con peso de 25 gramos únicamente y mientras no se agote la moneda feble no deberían acuñarse otras.

Mediante ley de 24 de noviembre de 1872, el presidente Morales, reafirmo la ley monetaria dictada por Melgarejo, con la única variante de la suspensión de la acuñación de moneda de oro.

El Gobierno a su vez tuvo que enfrentar la baja o caída de la plata que empezó a manifestarse en 1870.

El problema se agudizo en 1873, con la caída a 40 peniques la onza troy, de 61 peniques que costaba en 1872. Esta situación hizo que disminuyera la cantidad de pasta internada a la Casa de Moneda paralizando por momentos su labor de acuñación.

Se tomo la determinación de declarar libre el comercio de plata y el precio fue fijado en Bs 39.06 por kilogramo fino.

Después de los fracasados intentos de sacar de circulación a la moneda feble de Bolivia, bajo las denominaciones de pesos, tomines y tostones Melgarejos, siguió siendo emitida principalmente porque no se podía cancelar el empréstito proyectado para financiar la operación.

Solo durante el mandato del Gral. Hilarión Daza (1876 - 1879), se logro la conversión de la moneda feble através de las gestiones realizadas por el Ministro de Hacienda don Manuel Ignacio Salvatierra mediante la emisión de bonos por el 25% del valor legal de las piezas.

El Banco Nacional de Bolivia fue el encargado de poner en circulación los bonos. El valor de la moneda feble fue representado por billetes emitidos por el mismo Banco.

Con los esfuerzos citados se estabilizo la circulación de la moneda fiduciaria, cuyo origen se remonta al gobierno de Mariano Melgarejo, quien a su vez aprobó el proyecto de don Eusebio Lillo de crear el Banco Boliviano en la ciudad de La Paz. Su inauguración se fijo para el 31 de diciembre de 1868, siendo este el primer banco que emitió papel moneda al portador, de cortes de 1, 5, 10, 20, 50, y 100; los mismos que fueron admitidos legalmente.

E1 17 de agosto de 1871 fue aprobada la ley que autorizaba la fundación del Banco Nacional de Bolivia que fue facultado para emitir billetes de diferentes cortes. En 1874 se amplio la autorización para que emita billetes fraccionados de cuarenta y veinte centavos todo con el respectivo respaldo metálico.

En el transcurso de los años siguientes, a medida que se fundaron otros bancos, se concedieron autorizaciones oficiales para emitir monedas de distintos cortes, surgiendo simultáneamente leyes destinadas a regular el funcionamiento legal de la actividad bancaria.

Finalmente, desde 1914 hasta hoy, el Banco Central de Bolivia, llamado inicialmente Banco de la Nación Boliviana, es la única entidad financiera con poder y derecho autorizado para emitir moneda.

Como es sabido paralelamente a la emisión de papel moneda, se mantuvo la de moneda metálica, aunque esta ultima con varios accidentes debidos principal-mente a las sucesivas bajas de la plata que se iniciaron en el gobierno de Agustín Morales.

Los años siguientes hasta 1909 la Casa de Moneda con las maquinas a vapor enfrento tres graves problemas para la acuñación: la caída de la plata que hizo desistir a los mineros de internar las pastas, la competencia del papel moneda y la imposición de una moneda internacional -la libra esterlina- cuyo valor se fijaba en 12.50 bolivianos.

Los gastos de acuñación se elevaron sucesivamente. Lo que la ceca percibía como cobros no cubría los gastos de mantención de la maquinaria, el costo de combustible, y menos el salario de los obreros. Esta realidad obligo al Estado desde 1893 a acuñar la moneda en el extranjero: inicialmente en París hasta 1909; luego en Birminghan, Inglaterra desde 1918 hasta 1919: en 1935 en Viena, Austria y posteriormente en Filadelfia, EE.UU. en 1942.

Los cuños para esas monedas, exceptuando las de Viena, son los siguientes:

Para el anverso: en el blasón central del escudo de Bolivia, formando el arco superior las palabras, "República de Bolivia", y formando el arco inferior las nueve estrellas de los Departamentos.

 Para el reverso: formando el arco superior el valor en letras, abajo dos ramas de olivo, una a cada lado, en el centro el caduceo de mercurio, al lado izquierdo del mismo el numero de la cantidad de centavos y al derecho la letra "C", inicial de "centavos". En el exergo inferior se imprimió el año.

En cambio las acuñadas en Viena, llevan el mismo anverso pero el reverso diferente, en vez del caduceo de mercurio se encuentra una mano diestra sosteniendo una antorcha y rodeando la mano están los brazos de una tenaza, que esta con la cabeza hacia abajo.

E1 metal utilizado para tales monedas fue el níquel.

En 1904, en la gestión gubernamental de Ismael Montes, se adquirieron nuevas maquinas de acuñación, fabricadas en Bridgeston, New Jersey, por la Compañía "Ferracute Machine". Funcionaban a electricidad y prestaron sus servicios desde 1909 hasta 1953.

Las monedas acuñadas con los flamantes equipos ya no fueron de plata, sino de cobre. Los cubos usados eran similares a los del tipo de las fabricadas en París, Birminghan y Filadelfia.

Es importante también mencionar que en 1940 se produce la caída de la libra esterlina inglesa como moneda universal, llegando a ocupar su lugar el dólar americano, triunfador en las dos guerras mundiales.

El trabajo de acuñación en la Casa de Moneda de Potosí, fue suspendido por orden gubernamental en 1953, principalmente porque resultaba menor el costo acuñarlas en el extranjero, que en el propio país.

Potosí, vio, de esta suerte, languidecer el prolongado ciclo de amonedación, mientras el Cerro Rico contemplaba el agotamiento de sus minas de plata que eran reemplazadas por el estaño, metal del diablo.

En la actualidad, tanto monedas como billetes, son fabricados en Europa. Las ultimas monedas bolivianas fueron selladas en Alemania y los billetes en Inglaterra.
 
Galería de Monedas

 Daphne Leytón de la Quintana
 
[Bibliografía]
 
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