HORNO O SALA SIN RESTAURAR
 
 
 
Carros de traslado de plata
   
Carros para traslado de plata, siglo XVIII
 
 
Callana para fundición
   
Callana para fundición  de plata, siglo XVIII
  
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El mineral que se extraía del Cerro Rico previamennte era trasladado a los ingenios donde se procedía a la combinación con el mercurio con el fin de separar la plata de sus impurezas.  

El mercurio o azogue era traído de las minas peruanas de Huancavelica, cuyo comercio monopolizaba la Corona.  

El mineral ya sin  impurezas era traído a los hornos de la Casa de Moneda donde a 960,5 grados centígrados era convertido en barras o lingotes de plata de 25 cm. largo, 2 a 5 cm. de ancho y 0,5 cm. de espesor que finalmente llegaban al complejo mecanismo de laminación.  

Los hornos  - cuyas salas actualmente se conservan como en siglos pasados - comprendían dos soportes de hierro que sujetan una callana o cesta que a su vez soportaba un crisol de grafito, completándose con un cucharón, rieleras o lingoteras y fuelles para dar aire.  

El fuego en los hornos era alimentado con keñua, arbusto nativo siendo mezclado con taquia o excremento seco de llama que tiene la propiedad de arder más tiempo, elevar la temperatura y producir menos humo.  

Solidificado el metal pasaba a la máquinas laminadoras pare su compactación.