De 1545 a 1825, año de la independencia del Alto Perú. Hoy Bolivia, transcurren 280 largos años.

La explotación de la plata fue incesante. Millones de indígenas ofrendaron sus vidas en los socavones de la montaña. El trabajo forzado con el nombre de "mita" implantado por el Virrey Francisco de Toledo en 1545 siempre será cuestionado, sin desconocer su labor de buen administrador y mejor urbanista.

Maria MagdalenaE1 metal dio nacimiento a dos Casas de Moneda.
En 1572 por inquietud del Virrey Francisco de Toledo se pusieron los cimientos pare la primera Casa de Amonedación que fue ubicada en la plaza del Regocijo. E1 alarife potosino Geronimo de Leto fue comisionado para la dirección de la obra que costo 8.321 pesos, un tomin y 13 gramos de plata.
Esta ceca, concluida en 1575, pese a la acuñación defectuosa que realizaba por su rudimentario sistema funcionó hasta 1773. Sus monedas se denominaban macuquinas, vocablo quechua que quiere decir "hechas a golpe".

Los investigadores sostienen que "la Casa de Moneda de la Villa Imperial fue cuna de las corrientes monetarias que alimentaron a las vastas y poco pobladas zonas del Río de la Plata, así como Lima lo fue para la costa del Pacífico y Cartagena y Santa Fe de Bogotá para la llamada sierra firme".

La segunda casa de amonedación se levantó en el marco de las reformas borbónicas que llevó adelante Carlos III, monarca que dispuso su construcción a mediados del siglo XVIII venciendo la oposición de sus colaboradores en la villa potosina.

Las obras demoraron aproximadamente 15 años.

La inauguración de tan grande monumento arquitectónico de estilo barroco tuvo lugar el 31 de julio de 1773, produciéndose siete años después los levantamientos indígenas del Alto Perú y en 1809 la revolución del 25 de Mayo en Chuquisaca, capital de la importante y extensa Audiencia de Charcas.
San Francisco de Asis
 Las monedas fabricadas presentaban una fisonomía  renovada, se denominaban redondas o circulares y mostraban en su anverso dos mundos superpuestos.

entre columnas sobre ondas de mar, que recibieron  la denominación de "columnarias" o de ''mundos y mares". También se agregaba la leyenda “Plus ultra” que significaba que “más allá” llegaban los dominios de España.

En esa época pese a que no faltaron las falsificaciones de monedas que circulaban en el Nuevo Mundo tenían el siguiente valor, haciendo una comparación con el dólar americano de nuestros días:

 
Peso Castellano de 4 reales $US 0.72 
Peso minero o ensayuado de 14 reales  y 17 maravedíes  $US 2.56 
El peso corriente, de 12 reales y 17 maravedíes $US 2.56
El ducado, de 11 reales y 1  maravedíes $US 1.98
El peso de 3 cuartillos, de 9 reales $US 1.62 
El peso cruz rmacuquinae 8 reales y 16 maravedíes $US 1.47 
El medio peso de  4 reales $US 0.72
La peseta de 2 reales $US 0.36 
La real, de 34 maravedíes $US 0. 8 
El maravedí  $US 0.0054
 

La plata que se acuñaba en los fríos ambientes de la Casa de Moneda era incalculable. Los documentos dan cuenta que Su Majestad el Rey recibió hasta el año 1800 la suma de 151.931.123 pesos de 8 reales.

De las "monedas de la sierra", denominación que se daba al trueque de productos se llegó al concepto de que "la moneda indiana desempeñaba, pues un doble papel: el de mercancía exportable y el de instrumento de cambio".

El "vale un Potosí" se extendió como símbolo de riqueza y desde luego de "atesoramiento y de cómoda y estable reserva de poder adquisitivo", aunque no se olvidaba que "el dinero es un metal que hace bien y mucho mal".

La urbe potosina creció y cobro mucha fama.

Los productos y las mercancías afluían de todas latitudes con precios elevados, pero con un mercado seguro y creciente. Aquí se encarnó "el capitalismo europeo de acumulación" y se practicaba el "consumo conspicuo" de lujo y ostentación.

 La barata o casi gratuita mano de obra dió lugar a la realización de grandes proyectos hidráulicos  y arquitectónicos.

La ciudad ostentaba diez conventos y 32 templos que se disputaban los mejores estilos como el renacentista, el neoclásico, el barroco y el mudéjar, surgiendo a la par una gran actividad artística que se conoció como la Escuela Potosina que tuvo en el pintor Melchor Pérez de Holguín al más admirado exponente del barroco hispanoamericano como expresión cultural propia que representa la personalidad de un continente y sus regiones con raíces nativas.

Quien recorra hoy las calles estrechas de la Villa Imperial con sus balcones tallados, admire las torres de sus iglesias o contemple silencioso el Cerro Rico recogerá la impresión de que el tiempo se ha detenido.

La UNESCO el 11 de diciembre de 1987 a través de su Convención Mundial respectiva inscribió a Potosí como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad confirmando "su valor excepcional y universal que debe ser protegido como un bien de todos y cada uno de nosotros".

El pasado primero de abril de 1996 se han cumplido 451 años de explotación de la plata del Cerro Rico.

A América, España, Europa y el mundo entero les corresponde mirar de nuevo a Potosí con un sentimiento de solidaridad y gratitud pare convertirlo en un centro internacional de arte, historia y turismo.
 

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