San
Francisco de Paula
Manuel
de Cordoba
Siglo
XVIII
Oleo
sobre tela 112 x 64 cm
Museo
Nacional de Arte, Bolivia
San Francisco de Paula era
venerado en España durante los siglos XVI y XVII y su culto
se expandió progresivamente en la América ex española
y en los Andes.
Fundador de la orden
de los frailes menores franciscanos, San Francisco de Paula era un ejemplar
de caridad cristiana, tal como lo atestiguan las inscripciones de este
cuadro. Lleva generalmente las letras con mayúscula
IHS sobre el pecho. En esta obra, tomada de un grabado, aparece representado
en una celda con un craneo, un libro y un crucifijo sobre la mesa.
Lleva un báculo y se ve solo la mitad de su cuerpo.
Detrás de el, una ventana se abre sobre una ciudad. El dorado
que cubre todo el vestido, el escapulario, el capuchón y la mesa,
es el elemento más notable de este cuadro que hace pensar en un
icono y, aunque no tiene ninguna relación con el arte Bizantino,
presenta ciertas características orientales, típica
de la pintura andina.
Manuel de Córdoba
es un pintor de Potosí, activo entre 1758 y 1787. Durante
su vejez , no podía ni pintar ni esculpir .
Su más importante
obra fue la realización de un inventario de todas las
obras de arte abandonadas por los jesuitas en el momento
de su expulsión en 1767. Realizó este inventario con el pintor
Carlos Fanola. Como muchos otros, su estilo, se inspira en el de Melchor
Pérez de Holguin el pintor más importante de Potosí
en el siglo XVII. Este cuadro muestra que, como su maestro, Manuel de Córdoba
utilizaba los grises para los detalles de las manos y el rostro. Sin embargo,
no pudo igualar a Pérez Holquin. Dos pinturas firmadas por Córdoba
se encuentran en el Museo de la Catedral de Santa Cruz de la Sierra.
TERESA VILLEGAS DE ANEIVA |