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El Ekeko o Ekhako o Ecaco o Ekhekho Tunupa o Thunupa
Huascar I. Vega L.
 
Hoy un buen amigo me preguntó: ¿Cómo se escribe Equeco? 
Obviamente por ser tan buen chango tuve que fajarme en dar una respuesta acertada y lo suficientemente larga como para que no se enoje, pero no me vuelva a preguntar cosas tan difíciles de responder. 
Lo primero que hice fue munirme de unos cuantos libros, para que leyera en el papel las cosas que le iría diciendo, pues de otro modo él no me creería y la conversación se tornaría más larga aún. Después de un pequeño susto - por la cantidad de libros -, elegimos ceñirnos a uno de ellos (el que parecía más sólido en sus argumentos), cuyo título es "Tunupa y Ekako" escrito por el investigador boliviano Carlos Ponce Sangines, publicado por la "Academia Nacional de Ciencias de Bolivia" el año 1969 
Lo curioso es que el libro fue editado en Ecuador y eso fue fruto de otra discusión la cual la nos desvió un poco del Ekeko, pero volvimos en seguida. 
Para empezar la confusión reinó en nuestras mentes pues Carlos Ponce Sanginés inicia hablando de los kallawayas. ¿ Y porqué? Pues resulta que el origen de este personaje se logra remontar hasta las épocas donde los famosos médicos del Collasuyo recorrían todo el continente repartiendo sus curaciones y amuletos mágicos. De tal manera que nos enteramos por palabras del mismo Carlos Ponce: 
"... los kallawayas tienen su morada principalmente en los pueblecitos de Chajaya y Kanlaya, a escasa distancia de Charasani, la capital provincial. Residen además en el villorio de Curva, situado en un lugar escarpado. Desde estas localidades de la provincia Bautista Saavedra, emprenden sus largas peregrinaciones los "doctores viajeros... " 
La provincia Bautista Saavedra está ubicada en La Paz, pero actualmente ya ni se ven esos personajes por nuestra ciudad. Pero hace unas decenas de años, aún se los veía muy de vez en cuando pasear por los tambos y mercados, con pantalones hasta la pantorrilla, y ponchos muy distintivos de los demás, pues sus colores tenían tonos verdes y ocres grises. No obstante lo fundamental era la bolsa lateral, comumente llamada chuspa, la cual contenía sus mejores preparados y medicinas. Es por eso que Chali (Carlos Ponce) indica: 
"... la sugerencia de Wrigley en sentido de que kallawaya proviene de las expresiones aymaras, kalla transportador y wayu el bulto que lleva, de suerte que denotaría transportador de drogas, no parecerían las más adecuadas, ya que sería en tal caso kallawayu y khollawayu , ni kallawaya..." 
En esos tiempos de Wrigley decir a un boliviano: transportador de drogas, quizá era muy similar a decirle médico, pero en estos tiempos, antes del tercer milenio, decir eso es casi un insulto. Sin embargo es muy probable que el nombre haya sido khollawayu , pero con el tiempo se deformó a kallawaya. 
Ya mi amigo se mostraba cansado, me percaté que teníamos que saltar mucho texto interesantísimo hasta que le mostré algo que más a menos lo acercó al meollo del asunto, pues resulta que los kallawayas manejaban un idolillo de piedra cuyo nombre es un tanto parecido al Ekeko. 
"... en 1961 Portugal publicó un corto artículo relativo a los talladores kallawayas de amuletos y talismanes. Registra entre varios ejemplares diversos, uno antropomorfo, provisto de curvada joroba. 

presione para una versión de mayor tamañoLa descripción que acompaña reza así: 'Idolo de Kiko. Kiko es un personaje del tiempo gentilicio (sic, por gentilicio) y originario de Curva, era mago y misterioso, además en vida fue predicador; era de estatura pequeña.... Está representado en forma humana, tiene una giba en la espalda, su parecido es muy grande con los idolillos de plata que se encuentran en las excavaciones arqueológicas en los niveles de Tiwanaku clásico' ... " 
Y Curva es una población cercana a Charasani, lugar de donde son los kallawayas. Y lo más interesante es el tiempo, pues si figuras similares se consiguieron en idolillos de plata en Tiwanaku clásico, eso significa que el Ekeko es por lo menos tiwanakota. Pero los datos no quedan ahí, a medida que se lee se descubren los velos y sin embargo aumentan los misterios, pues un reconocido kallawaya de nombre Rodas y que en 1969 tenía como cincuenta y pico de años (quien practicó estas medicinas al menos desde los 15 años) indica según voz de Chali Ponce: 
"Rodas ha aportado estos datos complementarios, al pie de la letra: 'Keko es un ídolo de antes, que los kallawayas veneraban. Era un hombre dueño de un pueblo que actualmente existe y está en la cumbre de Sanachi. Era jorobado. La giba significa suerte. Predicaba, era como Dios. Lo que le pedían concedía. Su tamaño era chico. Asu muerte le hicieron imágen. Se la conservaba como de un santo. Habia (amuleto) de hombre que se llamaba Keko y Kako de mujer.' A Rodas, le enseñó la profesión de herbolario su maestro Eusebio Kispi, natural de Curva..."
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He aquí, algo sumamente similar al Ekeko que muchos de nosotros conocemos. ¿ Será que Rodas intentó escabullirse e inventó algo parecido a lo que el occidental pretendía escuchar? De ser así le agregó algo muy peculiar y que desviará nuevamente lo normalmente conocido para introducirnos en el otro parangón de nuestro venerado Ekeko. Ese nuevo ingrediente se refleja en el hecho que predicaba, en el hecho que era de carne y hueso y, sin embargo capaz de conceder lo que se le pedía. 
A partir de ese momento para nosotros la lectura se tornó interesante y cansona al mismo tiempo (por eso no transcribo gran parte del mismo). Pues según Pachacuti Yamqui Salcamayhua (un aymara de linaje auténtico, es decir sin ascendencia inkaika-orejona), quien habla y habla de cosas y personajes muy similares a las relatadas por la iglesia, pues habla de un Tunupa con túnica, blanco y de barbas largas, quien predicaba por diferentes poblaciones el culto al gran Pachacamac. Y realmente su relato es muy bonito, poético y filosófico, hay gran uso de nombres autóctonos y la magia andina llega a tener símiles con la religión católica, pero de una manera tal que es posible creerle. 
Pero no le creímos, y tampoco el arqueólogo Carlos Ponce, pues él indica: presione para una versión de mayor tamaño"... Ciertamente se precisa no poco de paciencia para proceder a la cuidadosa lectura de cuanto se ha copiado, fruto de la pluma del kollawa Pachacuti Yamqui Salcamayhua, cuyas dotes estilísticas son en verdad paupérrimas, pero que constituyen fuente inapreciable para esbozar un cuadro esquemático de la personalidad de Tunupa prehispánico.... La labor interpretativa de Tunupa se ve entorpecida por la obsesión que impulsó a los cronistas del siglo XVII en búsqueda de remotos vestigios de evangelización añeja anterior a la conquista española en la región andina. En abierta distorsión se procura la forzada identidad con el apóstol Santo Tomás y aún con San Bartolomé..." 
A mi me parece que el kollawa Pachacuti Yamqui, conocía y practicaba el culto que Tunupa predicaba, pero que era tan, pero tan pícaro, que inventó "la historia que los curas querían escuchar" y de ese modo se libró de ellos y de las persecuciones. Para de este modo continuar con sus prácticas y posiblemente prédicas del antiguo culto entre sólo los kollawas. La versión de mi amigo es que no sabia nada de nada, que era un auténtico autóctono bribón, que se burló de curas y kollawas, con el único fin de obtener prebendas y mantener la cabeza en su lugar (que no lo maten). De cualquier manera, es importante conocer su versión, pues también Fernando Diez de Medina nos proporciona un Tunupa con menos ingredientes católicos, y más poblado de teogonía andina, poesía y filosofía, pero al fin y al cabo, un Tunupa parecido a los predicadores del antiguo testamento. Para mi espíritu andino, me cuesta creer en un Tunupa así descrito, prefiero creer en aquel Tunupa que de un hondazó descabeza un cerro (actual Mururata) y cuyo pedazo fue a caer cerca de Chile (actual Sajama) mientras le decía: ""¡Sarjama, Sarjama (vete, largate)!" 
Pues bien, ya casi llegamos al final de esta respuesta, mi amigo creo está complacido y, tengo la impresión me volverá a preguntar cosas de este estilo. Pues bien, es importante grabar en el cerebro estas palabras de Chali Ponce: 
"A nuestro entender hay que proceder a desdoblar o separar en Tunupa (1) a la divinidad y (2) al profeta (acaso más de uno)..." 
"... No parece arriesgado reputar a Tunupa como un antiguo Dios del rayo, de la lluvia y de las manifestaciones geotectónicas. Por un lado con acción destructora para imponer castigo a los hombres protervos y bienquisto y estimado porque mediante la pluvia fecundante permitía obtener cosechas abundantes y el bienestar resultante." 
Más claro, agua de lluvia enviada por Tunupa. Olvidé comentarles que parte de las referencias a Tunupa coinciden en verlo como predicador y como Dios del del rayo, de la lluvia y de las manifestaciones geotectónicas (sismos, terremotos, cerros convertidos en Mururatas y Sajamas).
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Para concluir, las mismas palabras del arqueólogo Carlos Ponce: 
"Se puede entresacar las conclusiones que de modo sumario se elucidan a continuación, de cuanto se ha examinado en el presente capítulo: 
  • Los kallawayas poseen el talismán lítico denominado Keko, cuya efigie se talla como de un ser humano gibado, a quién se supone con poder para atraer fortuna. Se considera que se remonta al tiempo gentilicio, vale decir, a la etapa precolombina. Asimismo, que otrora Keko era mago y predicador.
  • Es evidente el parentesco morfológico del talismán Keko con las figurillas vaciadas en plata que datan del periodo inkaico, antropomorfas y provistas de pronunciada corcova. Se establece una diferencia empero, que estriba en que aquél carece del atributo sexual bien marcado que ostentan las últimas. Se evidencia, por otra parte, la diferencia en el material, con que se ha manufacturado a Keko, lítico en contraposición con el metálico que corresponde a los especímenes inkaicos aludidos.
  • Keko sería una expresión síncopa de Ekako (perteneciente a la lengua aymara) Y Ekeko y por consiguiente se corroboraría el origen prehispánico. Keko kallawaya conservaría mejor la apariencia antigua que el Ekeko paceño, que ha sufrido más acentuadamente el proceso de transculturización. Ambos ligados a la facultad de contribuir a la tenencia de la buena fortuna.
  • Siguiendo a Bertonio, habría identidad entre Ekako y Tunupa. Por tanto también entre Tunupa y Keko.
  • En lo que respecta a Tunupa, es probable que retroceda hasta la cultura tiwanacota. Los relatos con que se cuentan permitirían dimidiar entre el Dios Tunupa -vinculado al rayo, agua y lluvias, así como con atributos geotectónicos- y el profeta (o varios) cuya prédica reformista para introducir su culto de seguro promovió un conflicto religioso en el altiplano de antaño. Si bien no se conoce la efigie de Tunupa, quizá fue la misma de Ekako o Keko, vale decir, dotada de comba espalda. Sin embargo, lo último se halla sujeto a confirmación.
  • Habría una semejanza básica entre Tunupa e Illapa inkaiko, como dioses del rayo, aunque difieren en detalles. Por añadidura, el parecido sería completo entre Jhejo o Illapa de los kallawayas e Illapa inkaiko, lo que demuestra la indudable pervivencia preolombina de ciertos rasgos culturales. Quedaría por aclarar el nexo entre Keko y Khejo kallawaya, con posible respuesta positiva al respecto.
  • Es probable que en la meseta boliviana, durante el periodo precolombino, hubiera tenido sitial relevante una divinidad con doble manifestación, la primera enlazada con la fortuna y buena suerte y con el amor, la segunda con las lluvias, el rayo y las cosechas. Factible igualmente que la efigie engibada sea la representación de ella, cuando menos del primer atributo con seguridad."
Y así es, actualmente se conoce al Ekeko, como proporcionador de buena fortuna, la otra parte de este singular personaje, la parte mística y divina ha desaparecido en el tiempo y, ya ni siquiera pervive en la memoria de quienes creen en él. 
Pero Ekeko, Ekhako, Ekaquito, Tunupita, ten por seguro que habemos quienes te conocemos un poco, quienes alabamos tus lluvias y respetamos tus rayos, quienes no dejaremos que muera esa parte de tu ser, 
¡Jallalla!

Nota.- (a) Las imágenes son propiedad intelectual del libro "Tunupa y Ekako" escrito por Carlos Ponce Sangines (b) No todas las imágenes corresponden "al pie de la letra" con el texto actual (c) Escribir Dios y sus derivaciones con mayúscula en la letra DE es intencional