Por el principio de la magia imitativa la gente del campo adquirirá con preferencia figuras de animales vacunos o camiones pequeños pues aquellas son las necesidades de su entorno, en tanto que un habitante de la ciudad preferirá comprar billetitos, casitas o tal vez autitos, de acuerdo a sus necesidades citadinas.

El Cerro Santa Bárbara, conocido antes como el Cerro del Calvario, y donde ahora a sus faldas se celebra esta fiesta, ha sido uno de los sitios preferidos para realizar prácticas relacionadas con la feria de Alasita en la que se mezclaba culto religioso y superstición. Allí, de manera ficticia, se compraban terrenos donde los nuevos propietarios construían sus casitas con pequeñas piedrecitas. También allí se celebraban matrimonios que adquirían diferentes bienes y esta práctica era motivo de la Challa con cerveza y licores celebrando el acontecimiento y pidiendo la protección de la Pachamama. En la cima de este cerro los brujos aymaras detentaban el negocio de la venta de bendiciones con cruces, sahumerios con incienso, adivinanzas por medio de la hoja de coca y hechizos.

 
Ekeko
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